La idea es andar por Portugal, descubriendo o confirmando sensaciones, intuiciones y lecturas. Con dirección, recorrer la orilla sur, pero sin rumbo.
Hacerlo desde la furgo te da la oportunidad de parar, mirar, volver, quedarse o marchar sin otro compromiso que el de la propia real gana.
Una intuición, una cara, una calle, un paisaje, un valle, un acantilado pueden ser motivos suficientes para pararse, seguir adelante o para permanecer un poco más en el lugar
No hay plan ni tiempo ni prisa. Solo gasoil y el empeño de entrar en Portugal por abajo.