Desde el pico de Urbión, un hilo apenas visible, hasta volverse mar en Oporto. Paso a paso, piedra a piedra.
El plan es recorrer el
Duero en 18 días, y 18 noches. Pero pueden ser más, o menos, porque no hay
plan. Solo está el Insignia, un pueblo donde empezar, Duruelo de la Sierra, un
pico, el Urbión, y la disposición a escuchar, observar y entender lo que trae o
lleva o aporta o significa ese río en esa España Vaciada. No hay método ni
cálculo ni proyecto, quizá desmentir a Gerardo Diego e indicarle que sí que
alguien acompaña y baja con el Duero. Solo por ver qué pasa. Se sabe dónde va,
a Oporto, pero no a quien encuentra mientras avanza o qué se deja por el camino.
Así que habrá donde comer y en qué sitio dormir con ayuda de internet. El resto
será improvisación, seguir al río.
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