lunes, 23 de enero de 2012

¿Fiar?

-No me fío.
Se oyó decir a Betty muy segura. Al principio no se supo si era un comentario en voz alta o se lo decía a Montoro, que lo tenía delante con el culo apoyado en un taburete-. Luego lo explicó.
Resulta que había entrado en el bar un poco antes que Pepe. Pero pasó desapercibido con el rechazo que provocó lo del pisotón. Casi nadie reparó en él, ocupados como estaban en condenar una actitud así. Menos Betty, claro. Ella nunca desatiende el negocio.
Le sirvió la primera Mirinda, y la segunda. Pero cuando pidió la tercera le dijo que eran 12 euros. Para entonces ya el hombre de la corbata roja había soltado la lengua. Se quejaba de que Soraya le segaba la hierba bajo los pies, que lo corregía y lo dejaba siempre en evidencia. Pero su discurso era llorón, del queno sabe beber. Y eso Betty lo corta pronto.
-Son 12 euros.
Luego, cuando el hombre se fue cabizbajo e incomprendido, Betty comentó que ella, particularmente, se fiaba más de Soraya.
Guarda los secretos del oficio y no quiso decir si Montoro le había pedido que le fiara las Mirindas.

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