La
jornada de reflexión de cara a la segunda vuelta de las elecciones colombianas
incluye la ley seca, de modo que ni en bares ni en supermercados ni en puestos
callejeros se puede vender, ni comprar, una gota de alcohol. El problema es que
en la misma jornada de reflexión se juega el primer partido de Colombia, contra
Grecia, y tal vez se pueda reflexionar o no, que la pasión que levanta aquí el
futbol no cabe, pero lo incompatible es la prohibición de trago. ¿Juega
Colombia el mundial de fútbol y no se puede tomar? Imposible. Incluso hay
analistas que especulan con que el resultado electoral dependerá de cómo
termine el partido. La euforia o la depresión puede influir en ir a las urnas o
no, con lo que variará mucho el número de votantes.
En
lo único que coinciden los contendientes, el todavía presidente Santos y el
aspirante Zuloaga es que desean, y necesita, que Colombia gane a Grecia. En el
resto, en nada. Al menos en apariencia. Porque muchos observadores dicen que en
realidad son la misma cosa, que salieron de las mismas ubres, las del ex presidente
Álvaro Uribe y que aunque aparenten enemistad profunda defienden idénticos
intereses, no precisamente progresistas.
La
bandera de la campaña, también en la primera vuelta, pero sobre todo en esta
segunda son las conversaciones de paz con las FARC, y el anuncio esos mismos
días del inicio de conversaciones con el ELN. Electoralista, dicen los
partidarios de Zuluaga. Una oportunidad que merecen los colombianos, dicen los
de Santos.
De
Santos, que apuesta a todo o nada por la paz, dicen que por qué no lo hizo
antes. De Zuluaga, que está nombrado y manejado por Uribe que es peor, la mano
dura que viene. ¿A qué me suena?
Lo
que preocupa a los colombianos es el futuro, la corrupción, la paz, el trabajo,
la seguridad. Pero sobre todo el partido con Grecia. A una hora para que
empiece, las calles de Cartagena, vacías, como las de todo el país. Se han
aprovisionando de existencias para burlar la prohibición de alcohol. Ni el
triunfo ni la derrota se entienden sin brindar con largueza. Y el resultado
levantará la moral o hundirá las ganas de elegir entre Santos o Zuloaga.
La
preocupación de los camareros del Bellavista, si se puede tomar una litrona que
caduca hoy.
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