sábado, 14 de junio de 2014

Reflexión y ley seca



La jornada de reflexión de cara a la segunda vuelta de las elecciones colombianas incluye la ley seca, de modo que ni en bares ni en supermercados ni en puestos callejeros se puede vender, ni comprar, una gota de alcohol. El problema es que en la misma jornada de reflexión se juega el primer partido de Colombia, contra Grecia, y tal vez se pueda reflexionar o no, que la pasión que levanta aquí el futbol no cabe, pero lo incompatible es la prohibición de trago. ¿Juega Colombia el mundial de fútbol y no se puede tomar? Imposible. Incluso hay analistas que especulan con que el resultado electoral dependerá de cómo termine el partido. La euforia o la depresión puede influir en ir a las urnas o no, con lo que variará mucho el número de votantes.
En lo único que coinciden los contendientes, el todavía presidente Santos y el aspirante Zuloaga es que desean, y necesita, que Colombia gane a Grecia. En el resto, en nada. Al menos en apariencia. Porque muchos observadores dicen que en realidad son la misma cosa, que salieron de las mismas ubres, las del ex presidente Álvaro Uribe y que aunque aparenten enemistad profunda defienden idénticos intereses, no precisamente progresistas.
La bandera de la campaña, también en la primera vuelta, pero sobre todo en esta segunda son las conversaciones de paz con las FARC, y el anuncio esos mismos días del inicio de conversaciones con el ELN. Electoralista, dicen los partidarios de Zuluaga. Una oportunidad que merecen los colombianos, dicen los de Santos.
De Santos, que apuesta a todo o nada por la paz, dicen que por qué no lo hizo antes. De Zuluaga, que está nombrado y manejado por Uribe que es peor, la mano dura que viene. ¿A qué me suena?
Lo que preocupa a los colombianos es el futuro, la corrupción, la paz, el trabajo, la seguridad. Pero sobre todo el partido con Grecia. A una hora para que empiece, las calles de Cartagena, vacías, como las de todo el país. Se han aprovisionando de existencias para burlar la prohibición de alcohol. Ni el triunfo ni la derrota se entienden sin brindar con largueza. Y el resultado levantará la moral o hundirá las ganas de elegir entre Santos o Zuloaga.

La preocupación de los camareros del Bellavista, si se puede tomar una litrona que caduca hoy.

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