Aunque
la primera idea era empezar el viernes a media tarde, la cita se cambió para
las ocho de la mañana del sábado. La razón,
muy sencilla, el partido de fútbol entre Brasil y
Colombia iba a marcar el comienzo del ‘Taller de periodismo de
investigación para medios locales a partir de herramientas digitales’. Si
ganaba Colombia, la pasión desatada no iba a permitir demasiada concentración y
si perdía, la tristeza tampoco aportaría muchos ánimos. Y en el salón del hotel
de Barranquilla, ante la pantalla gigante, una buena parte de los casi cuarenta
talleristas llegados de Cartagena de Indias, Riohacha, Santa Marta y Montería a participar en el taller de la FNPI se mordieron las uñas, aplaudieron a los suyos, soñaron con el juego de su equipo, despotricaron contra el árbitro
y salieron cabizbajos. La ciudad luego era la imagen de la desolación.
La
mañana del sábado amaneció con un hito en la titulación periodística. El
periódico Hoy, Diario del Magdalena tituló a cuatro columnas: “Arbitro español”,
dos puntos, abre signo de admiración, “Hijo de la gran puta madre que te parió”,
cierra el mismo signo. En letra más pequeña, en el pie de foto, hablaba de un
“delincuente vestido de negro con verde”. Se abrió con ello en twitter un
interesante debate impulsado por la FNPI sobre el grosor de las expresiones, la opinión, sus límites,
lo noticioso… con argumentos de altura e intervenciones importantes. Salvo
para el editor del periódico, que aun llegó a afirmar: “registramos el sentir
de la gente”. Otro que confunde el culo con las témporas a la hora de hacer
periodismo. La gente estaba indignada
con la actuación el árbitro, cierto, y apenada con la eliminación de su
equipo, más cierto. Pero no se expresa como su periódico. Y además, en aras del
rigor, habría que ver a cuantos preguntó ese editor, qué datos reunió, qué
comprobaciones, para hablar en esos términos y escudarse en el sentir de los
aficionados.
Él
sí que necesitaba el taller que a las ocho del sábado se puso a dictar la
periodista y profesora argentina Sandra Crucianelli. Una lección de periodismo
desde los datos, desde la búsqueda meticulosa, paciente y sistemática por los
documentos oficiales. Ella lo ha hecho y como en todos los talleres de la Fundación García Márquez para el Nuevo Periodismo (FNPI) enseña desde la experiencia,
desde el magisterio que supone mostrar que ya hizo ese camino y relata las
dificultades que superó, los problemas que resolvió sobre la marcha, el
proyecto que emprendió y los tesoros en forma de historia exclusiva que se
encontró.
La
sesión la inició José Luis Novoa, otro maestro y periodista experto en ese tipo
de periodismo que encantó a los asistentes con sus maneras de expresarse y los
informó sobre la nueva ley de acceso a la información pública que prepara el
gobierno colombiano. Otra particularidad de estos talleres que puso en marcha
García Márquez hace casi veinte años: se aprende oyendo a quien sabe y este despliega
su sabiduría compartiendo además algo de provecho. En realidad la jornada la
presentó, y luego se encargaría de animarla, Jaime Abello, el director
general de la FNPI, quien aprovechó para indicar que se puede hacer un buen
periodismo local y mantener el concepto de servicio público con las
herramientas que prestan las nuevas tecnologías.
Los
oyentes eran gente mayor, en comparación con la edad media de otros talleres de
los que sabe el viajero, periodistas de radio, de televisiones, de periódicos
de la Costa del Caribe, algunos no muy duchos con las nuevas herramientas que
proponía Sandra Crucianelli. La argentina es capaz de explicar, aplicar y
relacionar las matemáticas con el periodismo de una manera llena de lógica, de
magia y de posibilidades. Enseñó que un documento encontrado por medio de un
rastreo avanzado por las entrañas de Google puede ser mejor fuente que las
palabras recogidas de la boca de un político. Hecho que, además, como apuntó
Abello, contribuiría a alejarse del periodismo de declaraciones en el que andan
enredados tantos medios.
Herramientas,
buscadores, bancos de datos, administración de archivos, métodos de buceo,
maneras de filtrar. La maestra navegaba por la pantalla y los alumnos
intentaban seguirla a veces sin mucho éxito. Demasiado rápida para algunos que
se demoraban a apuntar en sus cuadernos los trucos y caminos que proponía
Sandra. No les era fácil tomar notas con el bolígrafo, burlar las cortapisas de
los guardianes de los secretos en la red y enterarse de cómo iba el partido entre
Costa Rica y Holanda.
Así
que se dio por terminada la lección,
hasta las ocho de la mañana del día siguiente, justo cuando el portero
de la selección holandesa se puso a presionar a los costarricenses que iban a
tirar los penaltis. A cada uno le dedicó una mirada retadora, una frase
displicente, un gesto de superioridad. Había salido para eso justo un minuto
antes y les comió la moral. Logró que dos delanteros tiraran sin confianza. Costa
Rica eliminada.
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